Tiempo. Si hay algo que nos ha dado esta terrible situación que estamos viviendo, es tiempo. Tiempo para nosotros mismos. Tiempo para pensar, para organizar la casa y también la mente. Tiempo para estar en casa con nuestras familias, algo que, hace sólo unas semanas, nos parecía imposible. Y, tiempo para nosotros.
El tiempo es eso que tenemos a raudales pero, que en esta sociedad que siempre anda acelerada, se convierte en un bien escaso y preciado, muy preciado. Ahora que nuestra vida ha pisado el freno, tenemos la oportunidad de recuperar todo ese tiempo perdido, ese que siempre estábamos deseando tener cuando no podíamos, ese que nos faltaba cuando la locura de sobrevivir en nuestra jungla de asfalto particular nos robaba cada minuto del día.
Ahora es momento de hacer todo lo que queríamos hacer cuando no podíamos, o cuando no sabíamos como sacar tiempo para hacerlo. Ahora es momento para retomar aquello que dejaste hace años y que tanto te gustaba hacer. O de armarse de valor y, por fin, lanzarse a aprender algo nuevo, eso que siempre se quedaba en el tintero, eso que se te daba bien de niño y que, cuando creciste, dejaste de hacer. Eso que, a fin de cuentas, te hace feliz.
Es tiempo para crear. Tiempo para dedicar tiempo (valga la redundancia) a hacer cosas con las manos. Si, las manos. Son esas extremidades que usamos para teclear en un ordenador o darle a "me gusta"en los móviles. Sirven para mucho más de lo que creemos, aunque parezca que se nos ha olvidado. Sácalas del mundo virtual en el que viven y haz algo con ellas. Cocina, moldea, teje, cose, pinta, compón, dibuja, escribe..., crea. Haz cosas, tienes tiempo para hacerlas, aprovéchalo.
Y disfruta creando. Porque no hay nada más satisfactorio que tener algo que has hecho con tus propias manos. Un trabajo hecho a conciencia, con esmero, dedicándole su tiempo, sin prisas, cuidando los detalles. Algo de lo que te puedas sentir orgulloso, por muy pequeño que sea.
Y ahora ¿qué vas a crear tú?
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