Respirar

¿Alguna vez te paras a pensar en si estás respirando bien?

Esta pregunta que parece una tremenda tontería, resulta que no lo es. Si, todos respiramos desde el momento en que nacemos y desde entonces lo hacemos de manera instintiva. Inspiramos y espiramos sin fijarnos, sin darnos cuenta, es lo normal. Pero, ¿te has fijado bien en cómo lo haces cuando estás nervioso o estresado?

Párate y presta atención. ¿A qué lo estás haciendo rápido y sin pausas? Entrecortas las inspiraciones y sueltas el aire rápido, como si fueras un perro en verano, no jadeas y sacas la lengua, pero casi. El estado de ánimo influye mucho en como respiras y también el ritmo diario. Vas siempre apurado a todas partes y te crees que nunca vas a llegar a tiempo, ni a entregar las cosas en plazo. Estás agobiado la mayor parte del día ¿cómo vas a respirar tranquilo si no lo estás?

Para un momento. Cinco minutos bastan, incluso menos, con tres vas bien. Deja de hacer lo que sea que estés haciendo. Pon el móvil en silencio (el mundo no se acaba por que dejes de mirarlo tres minutos). Siéntate cómodamente, cierra los ojos y escucha a tu cuerpo. Ahora, respiiiiiira leeeeentamente, profundamente. Escucha el sonido del aire al entrar y al salir. Intenta que al espirar el aire salga muuuuy despacio. En seguida notarás que los latidos de tu corazón se espacian, que tu cuerpo se relaja, que te tranquilizas. Cuando te sientas mejor, ya puedes volver a tus tareas, pero ahora te darás cuenta de que no necesitas ir acelerado para hacer las cosas

Al principio puede que te resulte algo extraño pararte a respirar tranquilo pero, una vez que lo hayas practicado unas cuantas veces, te saldrá de forma natural.

Oxigena tu cuerpo y tu mente, que no te ahogue tu propia vida.

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